“El verano también es nuestro”: la nueva campaña, dirigida por el Instituto de las Mujeres, y que reivindica unas playas “sin estereotipos” donde poder disfrutar del verano “cómo, dónde y con quien tú quieras” y contra la “violencia estética”, ha generado miles de reacciones de todo tipo en las redes sociales. El cartel, diseñado por ArteMapache, muestra una imagen de cinco mujeres de distintas razas y tallas, con cuerpos “no normativos”, relajadas en la playa. El objetivo es evitar la “violencia estética” y los cánones de la belleza inalcanzables e impuestos en la sociedad que afectan principalmente a la mujer. Vamos, los cuerpos de jóvenes y bellas. Ese es el modelo. La iniciativa reivindica la diversidad y la necesidad de reforzar la autoestima para mostrar lo que hay, también esos cuerpos gordos, con celulitis, flacidez, estrías, tetas caídas, sin un pecho o michelines. Cuerpos sin depilar o cabelleras sin teñir.

Cuerpos con complejos que se cubren con pareos o se colocan más cerca del agua para no tener que desfilar. Cuerpos con miedos que se autohumillan o se castigan con algunas miradas. Cuerpos que no se han operado ni moldeado en gimnasios o con cremas anticelulíticas, que no están sujetos a la tiranía del espejo y que ocultan a personas muy perfectas y hermosas. Desde el Instituto de las Mujeres destacan que ese cuestionamiento del cuerpo en muchos casos deriva en trastornos alimentarios y problemas de salud mental. Y como mínimo, en todas las edades, las mujeres vivimos esa esclavitud que aunque cuestionemos nos influye mucho más de lo que queremos reconocer.