El de 50 euros ha dejado de ser un señor billete de los que te llenaban la cartera. Muy lejos del azul de 10.000 pesetas (hoy 60 euros) que caía al bolso como algo excepcional. Con lo que ha subido la cesta de la compra, la mayor subida en 34 años según la OCU, ir al supermercado con un único billete 50 euros es volver con el carro a medias. Salvo que tires de tarjeta y tiembles. Sobre todo para muchas familias que tienen que llenar la despensa a diario. ¿Cómo es posible que todos los productos que más se han encarecido sean los más frescos? ¿Está habiendo especulación o cómo se explica sino esta inflación tan caprichosa que mantiene los precios de muchos productos procesados con menores subidas que los alimentos frescos?. Comer fruta de postre o hacerse una ensalada ya no va a ser apto para todos los bolsillos. Muchos productos frescos pasan a ser un artículo de lujo para las rentas más bajas. Chocolate, bollería, refrescos o helados se encarecieron tres veces menos -en tasa interanual- que frutas, verduras, leche, huevos y pan, todavía con datos de cierre de agosto. Jóvenes agricultores de Alicante acusaban recientemente a las grandes cadenas de encarecer la fruta un 1.800% y se preguntaban cómo es posible que el kilo de limones cueste 2,99 euros en los supermercados y se pague a 0,20 en origen. Del campo a la mesa los precios se pueden disparar hasta un 500%. Los filetes de ternera ya están cerca de los 20 euros el kilo, los huevos han subido el 22,4%, un 17% la carne de ave y la leche un 26%. Y no hay plátanos de canarios por debajo de los cuatro euros, ¿quien se va a poder permitir comer tres piezas de fruta al día?.