Me repito, pero no consigo entender los motivos del Ayuntamiento de Pamplona –en concreto, de su concejalía de Seguridad Ciudadana– para rechazar ciertas peticiones que se le hacen de un tiempo a esta parte bajo el pretexto de que el bienestar de los vecinos del Casco Viejo está por encima de todo, que quieren evitar las quejas, la saturación del espacio… La última ha sido denegar a Muthiko Alaiak su desfile de dantzaris y fanfarre en San Saturnino porque coincide con la procesión del patrón de Pamplona en horario y “posiblemente” en ubicación. Es prohibir por prohibir, en tanto que esta actividad se celebra desde hace muchos años y da color y calor a una mañana fría y tristona, además de que ambos actos no comparten espacio ni de lejos y el Consistorio lo sabe. Finalmente, éste ha dado marcha atrás y habrá kalejira aunque, eso sí, tras la comida de socios, nada de música en el exterior de su sede. Vale, pero hablando de molestias de verdad, los responsables del descanso en este barrio debieran batallar contra los berridos y las peleas, los golpes a contenedores o a máquinas dispensadoras de comida y las meadas en portales o en medio de la vía de aquellos que salen desenfrenados de algunos bares y discos con horario nocturno. Eso sí que no deja dormir. Y lo saben.