Exhibición del Jumbo en el Tourmalet. La primera etapa de montaña de verdad ha hecho un destrozo. Era un poco lo esperado. Creo que su golpe encima de la mesa es definitivo. Si no ocurre nada raro, la Vuelta es suya. Más de uno se acordará del fallo de dejar meterse a Kuss en aquella fuga. A partir de ahí, el Jumbo tenía la carrera donde quería. Su idea era llegar así a esta etapa, con sus piezas perfectamente situadas. Más de un equipo tiene que pensar por qué le hizo la carrera al Jumbo. El día de Montjüic fue muy significativo. Se cayó Roglic. Vingegaard y Evenepoel mandaron parar. Al final, el Jumbo ha llevado la Vuelta al Tourmalet con sus mejores corredores al frente.

Vingegaard ha ganado. No está al nivel del Tour, pero sí lo suficientemente fuerte para poder imponerse en una montaña así. Salvo desgracia, la carrera es cosa del Jumbo. Kuss sigue en el liderato y la única amenaza es la de sus propios compañeros porque ni Mas ni Ayuso están como para hacerle daño visto el nivel que está demostrando el norteamericano. La etapa nos deja a Remco Evenepoel como el gran derrotado. Era un examen muy importante para el belga y ha llegado a más de 27 minutos del danés. No es normal lo que le ha sucedido. Ha tenido un día muy malo. No me esperaba una explosión así. De hecho, se ha quedado en el Aubisque con el Jumbo llevando una marcheta, pero sin apretar demasiado. La alta montaña se la ha cruzado. Era un día de puertos encadenados, con calor y ascensiones por encima de lo 40 minutos. La derrota es muy dura también de cara al futuro porque puede generarle dudas. Ganó la Vuelta el año pasado, pero está claro que no tiene nada que ver con el Tour, con el que sueña. La Vuelta llega a Nafarroa con otra etapa pirenaica. Espera Belagua tras la dura subida de Larrau.

El autor es director deportivo del Grupo Eulen-Nuuk