¿100 días y 500 fotos? Así, aludiendo a la canción de Sabina, se podrían titular los primeros cien días de Cristina Ibarrola como alcaldesa. No sé si serán 500 las veces que la hemos podido ver en fotos, pero sí tengo la sensación de que su mandato es hasta ahora una sucesión de imágenes de eventos que se superponen unas a otras en las redes. Fotos posando con cualquier pretexto, tratando de dar una imagen que encaje con los adjetivos que ella misma lanza para la Pamplona que persigue, que no es la que quieren la mayoría de los pamploneses y pamplonesas como reflejaron las urnas. Mucha foto sonriente y poco pisar la calle de verdad es lo que parece que han sido estos tres meses desde que fue elegida. La alcaldía es un puesto con tendencia al protagonismo en muchas ciudades y etapas, pero esta alcaldesa lleva camino de batir récords si se mantiene 4 años. Llama la atención esta manera tan presencialista de estar en un cargo público, como si el resto no contaran. Y deja ver qué nos espera, qué consideración puede tener del diálogo y del respeto a los diferentes, a la oposición en definitiva, con la que tendrá, más pronto que tarde, que llegar a acuerdos si pretende seguir generando clics en sus cuentas. Un cargo, el de alcaldesa, que se debe a las ciudadanas y ciudadanos de Pamplona, con su pluralidad y sus diferencias, a los barrios, colectivos, asociaciones... y a sus problemas reales, que son muchos. A todos aquellos que todavía no han salido en ninguna de sus fotos, porque parece que no es allí donde pone la cámara cuando mira la ciudad en este carrusel de selfies municipales.