Ningún vecino de Burlada había visto algo igual. Ni siquiera los más mayores. La histórica riada de diciembre de 2021 cogió completamente fuera de juego al municipio, evidenció la improvisación total del Consistorio y su falta de protocolos para prevenir los devastadores efectos de las crecidas de agua en tiendas, bajos, garajes y viviendas. Como también fallaron las previsiones de la CHE.

De haber tenido un sistema de alertas como el actual, y una mayor coordinación entre instituciones para conocer a tiempo las estaciones de aforo aguas arriba, se hubiera activado el nivel de emergencia 0 a las seis y diez de la tarde, dando tiempo a sacar los coches de aparcamientos y garajes, el nivel 1 hubiera llegado a los móviles a las nueve de la noche y el tres a las dos de la mañana.

“Si el agua alcanza su automóvil, abandónelo y vaya a un lugar seguro, un lugar alto. No conduzca sobre zonas inundadas”: Son algunos de los consejos que aparecen en el Plan de Emergencias (para antes, durante y después de las inundaciones) que ayer dio a conocer el Ayuntamiento de Burlada y que detalla hasta tres niveles de emergencia en función de las magnitudes de las avenidas, con un sistema de alertas por móvil. La más alta, la 3 (se activa a partir de que la CHE prevea 450 m3/segundo), puede desbordar el agua hasta las calles San Francisco, calle Mayor, Bizkarmendia y Plaza de Larrainzar. La emergencia 0 es a partir de los 190 m3/sg de previsión. Habrá que tener cuidado donde aparcar el coche a lo largo de este otoño-invierno porque si ahora ya es una odisea...