Marzo. Tercer peldaño. El calendario viene fuerte: chupinazo en sábado, San Fermín en domingo y el cierre también en fin de semana. Como en 2019. Dos fines de semana entre el 6 y el 14 de julio: el sueño de la hostelería. Negocio para bares, restaurantes, hoteles, hostales, apartamentos turísticos, propietarios de balcones, aparcamientos, casetas diversas, Casa de Misericordia... El Ayuntamiento de Pamplona se propone multiplicar sus ingresos: los de la ciudad. Hacer más caja, como todos.

La Corporación ha acordado por unanimidad iniciar el proceso de constitución de la Sociedad Pública “Pamplona festera-Jaietako Iruñea”. Objetivo: la explotación comercial de las Fiestas de San Fermín. Tres objetivos en una primera fase: chupinazo, procesión y comparsa de Gigantes. Por el procedimiento de subasta. Con pujas y concesión a la mejor oferta. Chupinazo: ¿Quién no pagaría –personaje o entidad– por asomarse al balcón municipal, proferir los gritos rituales y prender la mecha del primer cohete, con el potente espectáculo en blanco y rojo a pie de adoquinado y su difusión mundial? Beneficio colateral: decenas de entrevistas en medios de comunicación. El chupinazo estaría más solicitado que el primer anuncio televisivo tras las campanadas de Año Nuevo. Procesión: Su comercialización no afectaría a la imagen del Santo, aunque ya les gustaría a los fabricantes de capotes. Se limitaría al entorno de los diferentes “momenticos” de la mañana.

La posibilidad de incluir el destemple de “El Temple” en el retorno por Curia, descartada. Lo sondearon varias empresas de seguridad, pero ya no caben más cámaras de vigilancia. Gigantes: Con respeto estético a su dignidad, las ocho figuras exhibirán anuncios relacionados con la infancia y la familia. Ya lucieron fugazmente un día camisas XXL de Kukuxumusu. Por su afinidad en persecuciones y golpes, la Policía Nacional (200 aniversario) aspiró a que kilikis y zaldikos llevaran su escudo. Desestimado.