Existe una, pero es anecdótica, por lo que hace falta una de verdad: el fútbol profesional español está pidiendo a gritos la creación de una Asociación de Aficiones, que sería algo así como las diversas organizaciones de consumidores que defienden los derechos de los ciudadanos, porque está claro que, más que nunca, las hinchadas de los equipos están inermes y desamparadas no solo ante sus propios clubes sino sobre todo ante la Liga y, si nos apuran, ante la UEFA y la FIFA.
Un grupo con fuerza para que no salga gratis, por ejemplo, tanto disparate al señalar partidos en lamentables horas y días de la semana; en fijar precios sensatos en casa y en campo ajeno; y hasta en el coste de verlo por televisión. Que, en suma, el socio deje de ser mero telón de fondo de las retransmisiones y tenga la voz y el voto que se merece, porque todo el dinero que mueve este negocio sale de sus bolsillos.