Risto se ha puesto fanfarrón para decir que Demos, su experimento fallido de hacer un debate con el pueblo pero sin el pueblo, no ha sido cancelado, o solo un poquito. Y se sacó de la chistera la frase más chiripitifláutica antes de bajar la persiana para reafirmar su continuidad: “ya veremos dónde volvemos, de qué manera, si volvemos en el mismo horario, en la misma cadena, incluso en el mismo país”. Toma ya. 

Y hasta se puso bravucón al asegurar que, como productor del programa había llamado a los jefazos de la cadena cuestionando casi como un imposible que hubieran filtrado la cancelación de su programa a los medios antes de decírselo a él, como si no hubiera pasado eso mismo con Sálvame en esta cadena.

Desmentido el “bulo” para hacer “daño” de la cancelación, ahora ya sí, pudo chapotear en el tema a debatir, “¿Franco ha muerto?”, para analizar un régimen que, por lo que sea, en su presentación decidió no llamar dictadura sino “época de Franco”, y a lo siguiente sí “transición y democracia”. Y a partir de ahí barra libre entre el público para lanzar proclamas fascistas y barbaridades como que “Franco fue más socialista que el PSOE”, además de elogiar la figura del dictador como ejemplar promotor de vivienda pública y constructor de pantanos en sus ratos libres. 

Y para evitar que la gente cambiara de canal y se quedara sin ponerse cara al sol en plena noche, a cada rato nos ponían imágenes calentorras para anunciar que después hablarían de tríos sexuales y de si el tamaño importa. A Franco ni le vimos el jeto durante el debate, pero sí a parejitas frotándose lo suyo entre proclama y proclama fascista. que el refuerzo positivo lubrica mejor para penetrar las mentes de los espectadores. 

Pero qué peligroso es poner proclamas fascistas y mentiras al mismo nivel de la historia, de los testimonios que hablaban de asesinatos, cunetas y campos de concentración. Hay que tener mucho cuidado con lo que se debate en la tele de espectáculo y chorra, que usa, todavía hoy, la chorra como la zanahoria al burro con el espectador.

La conclusión del debate (y no por unanimidad, que se note que hay espacio para los que añoran la dictadura) fue, claro, que se está “blanqueando” el franquismo después de escuchar, en este mismo programa que Pedro Sánchez, y no Franco, es el auténtico “dictador” apoyado por “terroristas”. 

Hoy se debate si era mejor vivir en la dictadura de Franco que en un Gobierno democrático y mañana si hay que volver a castigar a los homosexuales por vagos y maleantes y si las mujeres pueden vivir sin la tutela de un hombre. Qué peligroso todo. Ya hemos visto dónde nos han llevado quienes niegan la violencia machista, que no nos lleven a su terreno quienes niegan el fascismo, porque curiosamente, y ahí está lo peligroso, son los mismos.