-H ola! Me gustan tus fotos de Insta… - Gracias. Cómo te llamas? - Iker. Y tú?
- Ane.
- Ane, me gusta. Tienes nombre de guapa.
- Jajajaja!
- Las fotos que subes molan, pero tú no sales.
- Son paisajes, lo que se ve desde mi ventana.
- Vale. Pero ganarían mucho contigo dentro. Seguro que tienes por ahí algún selfie.
Ane revisa la galería, su dedo hace scroll en la pantalla a velocidad ultrasónica. Fotos sola, con amigas, maquillada, recién levantada. Esta no, demasiado dormida. Y esta con el top negro? Mejor la del vestido super tubo de Nochevieja. No, la del top. Le hace tetas y con el ombligo al aire y el piercing, aunque sea falso, se siente sexy. Enviar.
- Wow!!!!! Te lo digo! Contigo la foto gana todo!
- Jajajajajaja!!
- Me toca.
Iker envía una foto de machito adolescente en vaqueros, sin camiseta, con los abdominales, pectorales y bíceps bien marcados. Con mirada intensita y media sonrisa. A Ane le sube el calor a la cara.
- Fotón. Cuántos años tienes?
- 16. Tú?
- 14.
- Dinamita!
En un minuto Iker le pedirá una foto más privada. Ane dudará pero terminará enviándosela. Cada vez compartirán más fotos y esas fotos serán más íntimas. Es tan fácil… Un día Ane descubrirá que las partes privadas de su cuerpo se han hecho públicas, circulan por ahí sin control. Se levantará el oleaje, la angustia se hará tsunami. Ane se lo confesará a sus padres, que interpondrán una denuncia en una comisaría de la Ertzaintza. Se activará una investigación que dará lugar a la detención de dos hombres. Dos años más tarde, en enero de 2025, la Fiscalía solicitará 204 años de cárcel para los dos acusados de distribuir material de explotación sexual infantil. Uno es el que se hacía pasar por el Iker de esta historia ficticia. Ha habido 24 Anes, 24 víctimas identificadas. Todas tenían entre 12 y 15 años. Entre 12 y 15 años. Tenemos que hablar con nuestras hijas y con nuestros hijos. Tienen que explicarles muy bien esto en el colegio y en el instituto. Porque es tan fácil…