¡Ay Navarrica, quién te ha visto y quién te ve! No creo que a la gente le pille de sorpresa el caso Osasuna, porque no deja de ser una desfachatez más que se acomete en esta comunidad desde bastantes años atrás a esta parte. A manos llenas, a cara perro, a bocajarro, a saco. Cualquier expresión es válida para calificar las artimañas que se traen estos tiparracos/as gobernadores para ningunear a la ciudadanía, reírse a la cara, jugando con el dinero público y, lo peor de todo, saliendo casi siempre sin culpa alguna de todos esos ataques sociales.

Osasuna, por los mismos derroteros. Hace mucho que dejó de ser aquel club aparentemente serio y respetado. Gracias al descenso de categoría, la alfombra cubrelotodo no dio más de sí y comenzó a salir toda la mierda que albergaba debajo. Despilfarro económico, horizonte de bancarrota, expresidentes y directivos que parecen desconocer tal situación, presunta compra de partidos... y lo que nunca nos enteraremos. Ahora que esto comienza a salir a la luz, el (des)Gobierno Foral sale a escena haciéndose el sorprendido, como si él también hubiese sido engañado. Huele demasiado mal como para parecer colonia. No sabéis poner cara de tonto sin que se os caigan los billetes del bolsillo. Chapuceros, mangantes, manipuladores, metemiedos. Las altas capas políticas de esta provincica como Maya o el, afortunadamente huido/despachado a Madrid Roberto Jiménez, hace muchas semanas que desaparecieron de la escena pública para preparar en sus despachos un nuevo asalto al trono. Barcina, también en el exilio de las pantallas, sabida excepción que para abrazar farolas en Fitur, exige al club rojillo rendir cuentas. Primeramente, después de haberle sacado tantas veces las habas a Osasuna en tema económico, ¿cómo puede ser que desconozca lo que se cocía en las cloacas? Del todo irresponsable. En segundo lugar, para exigir aclaraciones y responsabilidades, id poniéndoos a la cola que muchos de vosotros/as debéis a toda la ciudadanía unas cuantas disculpas, informaciones, verdades que os habéis ahorrado y enmascarado durante largos años de mando en los que habéis desangrado Navarra. Por último, ¿dónde están todos/as los compañeros/as de viaje que han sido testigos de estos atropellos e irregularidades y se han mantenido y mantienen cobijados en un silencio cobarde y con la esperanza de que aquí, una vez más, no pase nada? A base de parches no se soluciona el pinchazo. Se necesita cambiar la rueda.