Ante la muerte por atropello el pasado 2 de octubre del niño de 4 años Imanol Gila, al salir del colegio de Las Esclavas en la avenida de Villava, queremos manifestar en primer lugar nuestro pesar y apoyo a su familia, amistades y a la comunidad educativa del colegio.

Por desgracia, en enero se produjeron otras dos muertes por atropello en nuestro barrio. Las de Cirilo Artola y Mercedes Barquín. Como ya dijimos entonces y repetimos ahora, nos sumamos a las personas, colectivos e instituciones que plantean que no podemos seguir así, y que habrá que acelerar en la introducción de cambios efectivos, que repercutan en una sustancial mejora en la movilidad en la ciudad y en nuestro barrio.

Se hace evidente que el Ayuntamiento debería reforzar todas las medidas posibles para prevenir los accidentes. ¿Para cuándo el límite real de velocidad a 30km/h o incluso a 20 km/h? No sólo habría que colocar señales en todas las calles; se requeriría más dureza con quienes se las salten, ya que las multas son irrisorias. ¿Y la reprogramación de semáforos de manera que no puedan estar en ámbar para los coches al tiempo que están en verde para las personas, tal y como ha solicitado la Comunidad Educativa de Las Esclavas? ¿Para cuándo la colocación de bandas reductoras de lado a lado de la calzada, que impidan que los coches las esquiven? ¿Cuándo se van a hacer más visibles los pasos peatonales eliminando las plazas de aparcamiento anterior y posterior?

También se debería implementar a la mayor brevedad posible la implantación de otras medidas, como los corredores escolares seguros. En junio se aprobó en el Ayuntamiento una partida de 400.000 euros para diversas intervenciones para la movilidad sostenible, entre las que se encuentra el proyecto Txantrean Poliki, en el Eje Este Oeste, de nuestro barrio, en la calles Aibar y María Auxiliadora, uniendo el futuro parque Ezkaba con la pasarela de Alemanes. Por otro lado, en el mes de septiembre fueron aprobados 300.000 euros para el carril bici entre la Txantrea y el Labrit. Acogemos positivamente ambas medidas.

Sería fundamental el promover decididamente la reducción al máximo del uso de los coches en la ciudad, dando prioridad a las personas de a pie, a las bicis y al transporte público. Tanto en aras a la seguridad, como para mejorar nuestra salud y el cuidado del medio ambiente, con la disminución de ruidos y de contaminación. También debe mejorar sustancialmente el trabajo de sensibilización y educación vial de la ciudadanía en general y de quienes conducen un coche en particular.

Y la gente, antes de coger el coche, deberíamos preguntarnos si podríamos ir andando, en bici o en transporte público, medios más seguros y menos contaminantes. Y siempre, pero sobre todo si vamos en coche, deberíamos respetar las señales y los pasos peatonales y no pretender aparcar en cualquier sitio, en doble fila o cerca de un paso cebra, restando visibilidad.

Decíamos en enero y volvemos a decir ahora: ¡Por unas calles, un barrio y una ciudad, que sean un lugar de convivencia, a la altura de nuestras vidas! ¡Basta de accidentes! ¡Destronemos al coche de su pedestal!