el 21 de febrero se celebra el Día Internacional de la Lengua Materna, impulsada por la UNESCO en 1999. Es esta una fecha que no queremos dejar pasar para visibilizar la realidad que a día de hoy viven los niños y niñas sordos de nuestra Comunidad, alejada de muchos estereotipos que aún hoy los persiguen en nuestra sociedad.

En primer lugar, queremos señalar que el 95% de los niños y niñas sordos que nacen con discapacidad auditiva lo hacen en el seno de familias oyentes. Es decir, su lengua materna es una lengua oral, ya sea esta el castellano o el euskera en nuestra comunidad.

En segundo lugar, gracias a los avances tecnológicos habidos en los últimos 20 años, en la actualidad nos encontramos con nuevas generaciones de personas sordas que han sido diagnosticadas precozmente y que acceden de forma muy temprana a tecnologías tales como implantes cocleares, implantes osteointegrados o audífonos digitales que permiten que desde edades muy tempranas adquieran de forma natural el lenguaje oral.

Para que este desarrollo sea posible, durante los primeros años, hace falta una intervención logopédica y así garantizar la inclusión de este alumnado en el sistema educativo. Con posterioridad, harán falta otras ayudas a la audición, tales como bucles de inducción magnética o sistemas de FM para el aula.

A día de hoy, y gracias a estas ayudas, el alumnado con discapacidad auditiva está escolarizado de forma inclusiva en escuelas ordinarias pudiendo desarrollarse académica y socialmente en su lengua materna, amparados por la Ley 27/2007, de la que seguimos esperando su desarrollo reglamentario.

Nuestro siguiente gran reto será afrontar con garantías el acceso a otras lenguas, es decir, el bilingüismo o incluso el plurilingüismo. No cabe duda que acceder a idiomas extranjeros como el inglés o el francés supondrá un gran hito en el desarrollo de nuestros hijos e hijas, y exigirá lo mejor de todos los actores implicados en la educación de nuestros jóvenes, pero es algo que afrontan y afrontamos con realismo, precaución pero también muy motivados.

Para finalizar, como familias de niños, niñas y jóvenes con sordera queremos destacar que cualquier decisión sobre la escolarización o cualquier otro ámbito en la vida de un menor, corresponde única y exclusivamente a sus padres y madres. Muchos de ellos se encuentran organizados dentro la Asociación Eunate de familias de personas sordas, que de forma continua y desde hace ya 20 años, traslada estas y otras reivindicaciones a las instituciones y a la sociedad en general.

El autor presidente de Asociación Eunate