Si llamáramos a nuestro planeta Tierra el patio, podíamos entonar aquel chotis que decía: “Cómo está el patio, señor Macario, cómo está el patio que atrocidad”, etcétera.

La que se está armando en Cataluña con el cacareado procés, que si hablamos en lengua española debiéramos decir proceso. Los botones que tienen en sus respectivas mesas, tanto Kim como Trump y que Dios quiera que no les de por apretarlos. La arrogancia de Putin, considerado hoy como un zar. El acoso y derribo que hay hoy contra la Iglesia, que tanto nos entristece ver cómo sufre nuestro papa Francisco. El matón que hoy dirige todavía Venezuela, que ya se advirtió al pueblo que el que venía detrás de Chaves era todavía más duro. El precio de la vivienda, que no cesa en subir.

Una esperanza, en la que tantas promesas recibimos de todos los candidatos, nos da una pequeña tregua de ilusión, ante ese próximo 28 de abril, confiando que arreglen lo mejor posible, por lo menos nuestro “patio”.