Esto no va de política, menos aún de siglas, esto solo va de reporte sencillo, pero rotundo. No podemos manifestar una adhesión concreta, pero sí compartir que durante años los que ahora dicen que suman, jamás nos recibieron. Una y otra vez el teléfono se quedó pegado a la oreja, sorprendido. En estos momentos tan decisivos para Navarra y su futuro es preciso sumar testimonios para la consolidación del cambio.

Ni siquiera pudimos coger el coche rumbo a Pamplona, ni siquiera alcanzamos a llamar a la puerta. Jamás pisamos sus moquetas, llegamos a conocer sus rostros, a estrechar sus manos, a mantener una sencilla y amigable conversación. A pesar de haberles llamado edición tras edición de nuestro Foro, los responsables de la anterior Administración Foral jamás nos recibieron. Con la llegada del nuevo gobierno, la Dirección General de Paz, Convivencia y Derechos Humanos arrancamos por fin el coche rumbo a la capital. Allí los nuevos responsables nos abrieron las puertas, nos recibieron y acompañaron hasta su cocina. Conocimos sus rostros, su tarea e inquietudes y nos brindaron colaboración amable y sostenida. Nuestro trabajo en favor del diálogo interreligioso en Estella se ha podido consolidar gracias a su importante apoyo.

Esto no es política, sencillamente nosotros no podemos hacer política. Esto son solo letras al vuelo, constatación apresurada de último momento, para compartir lo que nos ha sucedido. Las urnas deben saber también cuáles son los teléfonos que se descuelgan, los responsables de la Admninistración que reciben. Si no lo hacemos ahora, ¿cuándo lo haremos? Hay silencios que pueden ser también responsables, causantes de que vuelva el pasado y las llamadas infructuosas y la fustración por la falta de escucha. No estamos hablando de colores políticos, sino de valores de acogida, de principios de encuentro, de diálogo, de compartir y colaborar. Navarra verdaderamente suma cuando progresa, cuando coge el teléfono, cuando los dirigentes no se bunkerizan, cuando nos encontramos los diferentes para construir un futuro en el que haya un sitio para todos/as.