Aunque en el vocabulario común de contratación pública se les denomina carros elevacadáveres de tijera, es más habitual utilizar el nombre de portaféretros o sencillamente portadora elevadora de féretros. No deja de ser un elevador con un uso determinado, por lo que quizás no haya que dar trabajo de más a la Real Academia Española inventándonos palabros. No habría fin: subeataúdes, elevacuerpos, montacadáveres, elevaalmas...

Viene a cuento del regalo de Reyes anticipado que el Cementerio Municipal San José de Pamplona ha recibido por parte del Ayuntamiento de Iruña tras el proceso de licitación de un nuevo portacadáveres. Y siendo justos creo que habría que romper una lanza, o en este caso un ataúd, en favor de una licitación que sirve para que el día de mañana, nosotros mismos o algún familiar, no seamos elevados a nuestro nicho por una máquina no homologada, con la posible caída de féretro y cuerpo rodando hasta los pies de la viuda. Es cierto que se trata de un tema menor cuando la repercusión mediática municipal y navideña se la lleva el manido tema de las luces decorativas o la pista de hielo de Sarasate. Sin embargo, era una cuestión que necesitaba ser abordada en virtud de los problemas que, según el propio Ayuntamiento, “presentaba la anterior carretilla en materia de seguridad laboral”.

“Deje de dar mala imagen en un momento tan íntimo” dice en su página web Marco Taller SL, la empresa zaragozana que parece liderar el nicho de mercado de la maquinaria fúnebre, y cuyo adhesivo se puede ver en el nuevo elevador. La mayor parte de la ciudadanía vivimos de espaldas a la muerte, y de manera quizás inconsciente trazamos un perímetro de seguridad en torno a ciertos lugares, por lo que jamás nos hubiéramos dado cuenta de que la elevación de féretros se estaba convirtiendo en un trabajo de riesgo en nuestro camposanto. Esperemos que los 29.342 euros de inversión en la nueva máquina sirva para que seamos elevados de la manera más digna posible; manteniendo la postura y la compostura en el interior de la urna.

La carretilla antigua pertenecía al año 1996, veintitrés años atrás. Ese año nació en Edimburgo el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta, la oveja Dolly; Aznar se proclamaba presidente de España, tres años después de su “váyase Sr. González”; y Lady Di se divorciaba del príncipe Charles. Más allá de que deberíamos normalizar en mayor medida los asuntos relativos a la muerte, como ocurre en otros países del mundo, si no queremos pasear por los cementerios, por lo menos brindemos a sus inquilinos y trabajadores las condiciones idóneas de reposo y trabajo. Aunque solo sea por una cuestión de karma. Mi fe-licitación al San José.