Podemos ver estos días la sala del Congreso de los Diputados con una imagen patética e indigna como es la del diputado Pablo Echenique en su silla de ruedas ubicado en un lugar de paso de todos los demás diputados sin ningún tipo de mesa u otra ayuda de trabajo como las que disponen los demás. Es la imagen, que parece de otros tiempos, de la discriminación que ha sufrido y sigue sufriendo el colectivo de discapacitados en este mundo tan puesto del revés.

¿Cómo es posible que durante todos los años de funcionamiento del edificio nadie haya solicitado que se estudie y se disponga de un lugar adecuado y digno donde puedan ubicarse aquellos diputados que utilicen silla de ruedas en sus vidas y hayamos llegado a nuestros días en esas condiciones incompletas cuando vamos suponiendo que la accesibilidad es un tema ya superado?

Puede observarse al señor Echenique solo y desconectado de sus compañeros en cierto modo como diputado abandonado en un lugar improvisado sin que nadie cuente con él y, por tanto, discriminado respecto a los demás. Además, ha sido nombrado portavoz del grupo, con lo cual difícilmente puede llevar con eficacia su labor política desde ese lugar tan poco apropiado y, repito, indigno.

Protesto contra las barreras arquitectónicas.