Estas pasadas semanas entre el coronavirus, las protestas de los agricultores en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha, la nueva composición del Gobierno, la subida del 0,9% de las pensiones y la subida del SMI a 950 euros, están dando mucho juego y mucha información (unas veces con mala uva y otras con fidelidad) sobre todo para las cadenas de TV privadas y para las emisoras de radio un poco amarillas, como la Cope.

Leo en algún medio que el coronavirus ha sido, con toda probabilidad creado por los Estados Unidos por los problemas de mercado y de economía mundial con el gigante chino, no quiero pensar que sea cierto porque ya hay contabilizados casi 500 muertos y más de 20.000 infectados. Esperamos ansiosos una vacuna que pare esta pandemia. Lo de los agricultores, posiblemente no le demos importancia, pero la tiene y mucha: primero porque siempre han sido los grandes olvidados y los grandes perdedores, frente a los intermediarios y frente a los precios que los grandes centros y mercados ponen al consumidor. Esto no es justo, esa diferencia abismal de 1 para los productores y 7 para intermediarios y grandes superficies, debe tener una revisión, un equilibrio en el precio y un justo reconocimiento del trabajo en el campo. Con fecha de 4 de febrero empieza la legislatura oficial en el Congreso y también el Consejo de Ministros/as va a dar luz verde a esa subida de las pensiones, desde el 1 de enero 2020, así como también la subida del SMI, que queda por ahora en 950 euros/mes. Parece que, aunque a trancas y barrancas estamos en el buen camino, el Gobierno está cogiendo músculo en sus respectivos ministerios y yo creo que de cara al verano tendremos más y mejores cosas para contar sobre todo en cuestiones sociales (vivienda, dependencia, sanidad, educación, Ley Mordaza, eutanasia, etc). Tendremos un poco de paciencia y, si en un tiempo prudencial este Gobierno no avanza, no hace lo que prometió y se duerme en los laureles, saldremos a las calles a dar la batalla, pacíficamente pero con contundencia.