Este título de libro es el que hace unos 10 años me comentó un transeúnte que pasó por Altsasu (no recuerdo su nombre) y que preguntó por mí en el Ayuntamiento del pueblo, estuvimos hablando y cambiando impresiones una media hora y después le mandé a Capuchinos porque quería una manta para pasar la noche. Yo le mandé allá porque los Capuchinos regentaban el Aterpe y le podrían dar cobijo y comida. En la conversación mantenida, me explicaba que estaba escribiendo un libro en el que el relato más importante era cómo las basuras, los desechos, la ropa usada... había personas que las transformaban en mucho dinero. La recogida, transporte, procesamiento y transformación de estas basuras y prendas que no necesitamos, ellos las convierten en un dineral. Yo desde luego no le podía dar crédito al relato, pero como estaba muy bien explicado y fundamentado, pues terminé por creerle y darle las gracias, además de ayudarle con algún dinero para un bocadillo y una botella de agua. Lo cierto es que en estos días y con la desgracia ocurrida en el vertedero de Zaldibar (Bizkaia) con dos muertos atrapados por el derrumbe de la ladera, parece que todo el mundo se preocupa (y me parece razonable) del estado y mantenimiento de estos basureros-vertederos, en los cuales y por noticias de última hora, nos enteramos de que además de basura inerte, también se arrojan productos tóxicos como amianto y otros, que luego se van recalentando y cuando se produce fuego, los humos pueden ser muy tóxicos con furanos, bióxido de carbono y otros contaminantes que se expanden por varios kilómetros a la redonda. Creo que los responsables de estos vertederos (aunque sean privados) y también los responsables políticos deberían hacer un seguimiento más exhaustivo y controlar mejor el aire que se respira en sus entornos, como también en las plantas de reciclaje de basuras y sus emisiones a la atmósfera. Habrá cuestiones que podrán esperar o que puedan solucionarse con más paciencia y tiempo, pero estas cuestiones tan peligrosas deben tener toda la prioridad y control porque se trata de la salud de muchas personas y eso no es negociable nunca.