stos días se está hablando de la vuelta de los niños y niñas menores de 6 años a las escuelas para ayudar a las familias en su conciliación. Pero en esta decisión, ¿a quién se pone en el centro a las familias o al niñx? ¿Se tienen en cuenta los derechos del niñx en esta decisión?

¿O sólo importa el adulto? En la sociedad en la que vivimos, parece ser que el adulto es pieza clave para mantener en marcha la rueda del capitalismo. Se ha antepuesto otra vez la producción a la propia vida, a la familia.

Llevamos mucho tiempo con una mirada autocéntrica y adultocéntrica, es por eso que no se tienen en cuenta a los sectores no productivos como niñxs y ancianxs. A los niñxs se les ha culpabilizado en este proceso del virus, y está claro que este confinamiento no se ha adaptado a sus necesidades.

Como educadora que soy me preocupa mucho cómo vamos a volver a las escuelas infantiles las educadoras y el resto del equipo (también somos vulnerables al miedo y tendremos que buscar cómo gestionarlo) después de tanta sobreinformación de los medios de comunicación -o desinformación-; cómo volverán los niñxs (niveles de ansiedad) y también cómo habrá afectado esto en las familias (inseguridad, desconfianza, sentimientos contrariados) y en toda la sociedad (el tema de los cuidados deberá ser básico y se deberá de valorar como se merece, la imagen de la infancia y de su importancia en la construcción personal y colectivo). Quiero dejar claro que quiero o que queremos volver a las escuelas pero con sentido, con garantías y con propuestas en las que esté el niñx en el centro. Para ello, es necesario e imprescindible un proyecto compartido entre los profesionales de la educación y los profesionales sanitarios. A su vez, es básico confiar y creer en los niñxs y no se nos puede olvidar que tienen derecho desde el nacimiento a una educación. Entiendo que esta educación es acompañarles en su desarrollo humano, pero con esta crisis se les ha prohibido parte de su desarrollo al confinarlos y no permitirles relacionarse con sus iguales, al no poder crecer y estar en la naturaleza, al no poder compartir sus vivencias con otros referentes distintos a sus progenitores, al no poder moverse€ Por ello los niños y niñas necesitan volver a la escuela para poder relacionarse, para poder investigar, para poder jugar al aire libre, para poder conocerse, para poder ser y para poder crecer.

Creo sinceramente que en esta vuelta a las escuelas es imprescindible el confiar en las educadoras y en los equipos de las escuelas además de las autoridades sanitarias, y que escuchen nuestras propuestas pedagógicas para la elaboración de esta vuelta, ya que somos nosotras quienes conocemos a los niñxs, a las familias y conocemos el funcionamiento de nuestra escuela.

Ha llegado la hora, aunque tarde, de valorar el trabajo del 0-3, de sus educadoras-educadores (es decir, de todo el equipo de la escuela, incluyendo cocinera y las de servicios); y, por supuesto, de la importancia de los cuidados de calidad en esta sociedad.

Ojalá que salgamos de la crisis fortalecidas y con una mirada diferente ya que, en mi humilde opinión, la base de la humanidad son los cuidados.

Dicen que "las pérdidas son ganancias" y que "las grandes heridas son las grandes oportunidades para la vida". Esperemos que esta crisis nos ayude a colocar en el centro los cuidados a los niñxs, a que se respeten sus derechos y a que se valore el infinito trabajo de las educadoras del 0-3 como acompañantes de procesos de vida.

La autora es educadora-directora de la escuela infantil Baztán y miembro de la Plataforma 0-3 de Navarra

Queremos volver a las escuelas pero con sentido, con garantías y con propuestas en las que esté el niñx en el centro

Esperemos que se valore el infinito trabajo de las educadoras del ciclo 0-3 como acompañantes de procesos de vida