El arte no tiene solo una función estética, sino que nos permite adquirir una mayor flexibilidad de pensamiento. Nos lleva a pensar fuera de la caja, cultivando nuestra capacidad de reflexionar y de dar sentido al mundo que nos rodea. Elliot Eisner, uno de los principales teóricos de la educación artística,? dijo: “Las artes son recursos fundamentales a través de los cuales mirar nuestro entorno, se crea significado y se desarrolla la mente”. En el arte, uno más uno no son dos. A diferencia de las ciencias exactas, el arte ofrece múltiples perspectivas y respuestas. Por tanto, a través de la educación artística los? jóvenes ?aprenden que los problemas pueden tener más de una solución y que, por consiguiente, hay muchas maneras diferentes de ver el mundo.? Además, el arte crea y aumenta la conciencia histórica. No es suficiente aprender los nombres y las fechas de importantes acontecimientos históricos para entender cabalmente la historia. El arte nos presenta una perspectiva diferente y nos echa un cable para entender cómo estos eventos forjaron la sociedad en la que vivimos hoy.?? En definitiva, la experiencia del arte es la experiencia de la vida. Introducir el arte en la educación desde la niñez tendrá consecuencias positivas para la sociedad, dado que los niños de hoy son los adultos de mañana.?