Hace unos meses escribí una carta en la que el enunciado era España es un caos. No sé si con la experiencia que dan los años me estoy formando como visionario o un poco brujo, pero lo cierto es que España y sus comunidades autónomas no tienen estabilidad política, al menos algunas de ellas, y buena prueba de ello es lo que ha ocurrido en Madrid y en Murcia, con la destitución de López Miras (presidente) con una moción de censura, y en la de Madrid con la convocatoria anticipada de elecciones para el 4 de mayo próximo. Parece que las coaliciones entre el PP y Ciudadanos, y con apoyos concretos de Vox, no funcionan, son débiles, confunden y desaniman a los habitantes y también a los votantes. Este detonante de las malas prácticas de la política, de malgastar mucho dinero público en hospitales como el Zendal, de no acatar las normas anticovid que dicta el Gobierno central y de estar continuamente cambiando horarios y fechas, hacen que los ciudadanos estemos hartos y no entendamos muchas cosas de las que dicen los y las políticas. Un diputado del PP (Jorge Trias) ha declarado en redes y televisión amenazas muy duras por el asunto de los papeles de Bárcenas. Otro diputado del Parlamento andaluz y de Ciudadanos ha dicho que "está hasta los coj...de lo que está pasando en la política española", cuando estamos inmersos en una pandemia brutal y los ciudadanos pasándolas muy canutas. Ignacio Aguado, vicepresidente (cesado) de la Comunidad de Madrid ha dicho que "Ayuso ha perdido la cabeza" y el secretario general del PP, Teodoro García Egea, dice que "O socialismo o libertad" y se queda tan pancho. Vamos que la cosa está que arde y ya veremos cómo terminan. Y para finalizar hay que decir que, próximos al puente de San José y a la Semana Santa, parece que los extranjeros podrán venir a España, al menos a Baleares y Canarias, y por supuesto a Madrid (los franceses vienen todos los finde) y resulta que nosotros vamos a estar encerrados perimetralmente hasta el 9 de abril. Si hay que estar se está, pero a ver si los que dictan las normas y decretos lo hacen alto, claro y entendible.