A raíz de la pandemia que padecemos, son varios los sentimientos que se nos han despertado. Angustia, ese nudo bien apretado en el medio de la tranquilidad, y que nos da una preocupación que es como un pegamento que no deja de salir de tu pensamiento lo que todavía no sucedió. Indecisión sobre la vacuna, que es cuando tú sabes muy bien lo que quieres, pero que te parece debieras optar por otra cosa, por ejemplo, ¿qué vacuna me pongo? Presentimiento, que es cuando pasa por tu mente el trailer de una película que puede ser que ni suceda. Padecemos también ansiedad, esos minutos interminables para conseguir lo que se quiere, y que provoca también tristeza, que es esa mano de gigante que aprieta el corazón. Pero pasará todo, y no debemos invertir en lamentos y preocupaciones, porque no es rentable.Hemos de aplicarnos gotas de sabiduría y pensar en verde, para que la Tierra siga siendo azul, y recordar que los mejores momentos de la vida vienen solos, no tiene sentido esperarlos.