iempre se ha dicho que tanto el arte como la ciencia, al ser unas formas de explicar la realidad, de comprenderla, de interpretarla y de transformarla, se anticipan al futuro. Si la ciencia se rige por el rigor y tiene delimitada su actuación por la solidez, el arte en cambio transita por terrenos totalmente libres, líquidos e imaginados, por los que la ciencia no puede entrar. Lo que no cabe duda es que, aunque recorran caminos diferentes, se retroalimentan. Así como la propia ciencia deja continuamente obsoleta a la ciencia anterior, con el arte no pasa. El primer arte, la primera obra de arte que se pudo crear sigue tan bella y tan actual como la que se pueda estar creando hoy en día. Por eso el arte es eterno, es libertad, marca el camino a seguir, anticipa el gusto, las maneras, el modo de relacionarse, la mentalidad que tendrá la sociedad. Por eso el arte en su momento no se entiende, parece que no va con los tiempos, que no va con la moda, cuando resulta que esa moda ya la expresó con anterioridad el arte.

Una obra de arte no niega a ninguna otra, entiende que todas son únicas, que representan su realidad, su visión diversa, heterodoxa, por lo que no es excluyente de nada, sino integradora de todo. Si miramos con atención lo que está pasando hoy en día en el arte, podremos observar que el mundo artístico ha sabido adaptarse a un mundo cambiante, confuso, inquietante, híbrido y totalmente diverso. En el arte actual conviven artistas que pintan paisajes clásicos con otros que se expresan desde la abstracción; artistas que moldean con las manos junto con otros que están sumergidos de lleno en el mundo digital; artistas que fantasean desde lo surreal a otros que el hiperrealismo los tiene atrapados; artistas que pintan sobre caballete a otros que las paredes de las medianeras son su lienzo; artistas gráficos y del cómic junto con otros que hacen instalaciones; artistas que se encierran en sus talleres frente a otros que solo hacen acciones perfomativas... Hoy en día el arte es como una espléndida Torre de Babel en la cual ha desaparecido la expresión única para pasar a tener mil idiomas artísticos.

En el relato de la Torre de Babel, Yahveh (Dios) castiga con la confusión a la humanidad por su soberbia, al ver que después del diluvio universal y de la aniquilación, la gente sigue sin aprender y vuelven a ser arrogantes. Pasan de una única lengua a una gran variedad de ellas, inicialmente no se entienden, por eso se dispersan. Pero este castigo es en realidad un gran regalo divino, ya que la confusión inicial les abre un montón de nuevas posibilidades, les da la oportunidad de volver a aprender, de diversificar la expresión cultural, les obliga a superar las diferencias poniendo en valor la negociación, el acuerdo, sacando lo mejor, ya que lo peor (la soberbia que le lleva al enfrentamiento) ya lo tenían al construir la Torre. Si en algún momento histórico se ha hecho más real el mito de la Torre de Babel, es en el actual. Todos hablamos de forma diferente, con intereses diferentes, lo que conlleva a que pese a tener un medio común globalizante como es internet, no logramos entendernos. El entendimiento se da entre pequeños grupos de interés (pequeñas tribus urbanas) que nos dispersamos entre la ciudad caótica.

En esta Ciudad Babel podemos encontrarnos con esta comunidad de vecinos de un bloque de viviendas cualquiera. En el 5º vive una persona que está conectada a internet todo el día, que teletrabaja desde casa y que realiza transacciones con agentes del otro lado del mundo. En cambio, la del 3º odia las tecnologías, trabaja en la cadena de una empresa de automoción y tan solo piensa en escaparse a su huerto. El del 2º está obsesionado con los videojuegos y tiene instalada en su casa una pantalla enorme y casi ni se le ve por la calle. Sin embargo, el del 1º está enganchado al mus con sus colegas, potea todos los días y casi no entra en casa. En el 6º vive una huraña que viste como en los años 50 del pasado siglo, no hace más que refunfuñar y quejarse por lo que ve en la tele, está obsesionada, y si entras en conversación con ella acaba espetándote que menos leer y más orden. El 4º lo ha alquilado una chica joven, feminista, muy activa, dicharachera y siempre jovial, se cambia de peinado y de color del pelo de tanto en tanto y gusta de vestirse con colores vivos. Y así podríamos continuar, si además incluimos diferentes procedencias, diferentes tendencias sexuales, diferentes identidades de género, diferentes situaciones económicas, diferentes niveles formativos, etcétera, llenaríamos páginas y páginas describiendo a las gentes de esa ciudad babélica que resulta ser ya la nuestra.

Esta imaginaria comunidad de vecinos de cualquier barrio, de cualquier ciudad del mundo, es posible. Estamos conviviendo gentes tan diversas, tan opuestas, tan distantes entre sí, que es una suerte de Babelia. No hace mucho tiempo, ese mismo bloque de vecinos acogería a un vecindario mucho más homogéneo, que vestirían prácticamente igual, pensarían muy parecido, solo tendrían una tendencia y la comunicación entre ellos sería, seguro, mucho más limitada pero a su vez fluida. Hoy en día, los intereses de cada persona empiezan a ser muy distintos entre el propio círculo de amistades. Ya las relaciones no se dan únicamente en el grupo de amigos/as de toda la vida, sino que según qué quieras hacer vas a ir con unos o con otros. Así por ejemplo, se va a hacer deporte con una gente concreta que no coincide con la que vas a ver exposiciones, ni ésta coincide con la que vas al recital, ni es con la que quedas a cenar para contarte tu vida y echar unas risas, etcétera. Son tiempos de adaptarse a las relaciones diversas, ya no hay un único núcleo homogéneo de relaciones para todo, sino varios grupos para las varias cosas que queremos hacer.

La diversidad de las personas que estamos configurando la sociedad actual es la diversidad de las expresiones artísticas, el arte ha anticipado lo que ya tenemos encima. Se dijo en el arte que todo valía, que todo podía ser posible y lo ha sido, lo está siendo. Una sociedad tan diversa, tan híbrida, puede ser un auténtico paraíso de la libertad humana, y a su vez es una sociedad de una enorme complejidad, difícil de gobernar, todo un reto del presente confuso.