Tengo 65 años. Soy mujer.Sigo leyendo a John Irving (“detrás de cada viaje hay una razón”) y a Hugo Pratt (“escucha, amigo, no me atrevería a discutir contigo qué es realidad y qué es ficción... Confieso que yo mismo tengo dudas”), identificándome con Garp y Corto Maltese.Pero hoy Paco Roda me ha mimetizado en su columna de referencia. Ha conseguido calcar, literalmente y secuencia por secuencia, todos los hitos de mi vida, como si los hubiese presenciado desde un lugar cercano, cual oculto testigo, vampiro emocional.Nunca había intuido tanto el lado femenino de un autor (con perdón por las Nabókovas Vera, Ada, Lolita), hasta que, releyendo, caigo de nuevo en lo irrelevante que sería clasificar por género: cualquier línea de texto, los trazos de una viñeta, son siempre aplicables a todos nosotros en algún momento. O en muchos.A pie de obra, sin secretos ya. Que nos unan la sensibilidad, la cultura, la capacidad de amar, recordar. Y transmitir.Gracias señor escritor, ha sido un emocionante placer.