La justicia yankee anunció una moratoria sobre las ejecuciones al comprobar "la arbitrariedad e impacto desproporcionado en las ejecuciones de las personas de color". Así se ha expresado el secretario de Justicia, Merick Garland, añadiendo que "se han planteado serias preocupaciones sobre el uso continuado de la pena de muerte, en particular el carácter arbitrario... en las personas de color...". La lectura de esta declaración provoca rabia y sensación de querer dar un tono irónico a un asunto que da la imagen de una sociedad cuya justicia reconoce sin pudor que la raza negra es de esclavos y que todo lo que se le conceda responde a la generosidad y libertad de la sociedad americana. No dejan de ser un sarcasmo estas declaraciones cuando se están conociendo actuaciones policiales desproporcionadas que están finalizando en asesinatos, pero son consideradas por los tribunales como faltas a los que llegan los casos que resultan más mediáticos como es el caso de George Floyd que ha obligado a Biden a mantener una postura de aparente oposición a la pena de muerte. Porque ante un hecho de tanta trascendencia no deja de ser cómplice de no defender la vida humana como principio elemental como seres civilizados. La sociedad americana es una selva en la que los derechos humanos se otorgan en función de parámetros como la riqueza o la relevancia del individuo y no según las características humanas. Es una sociedad enferma condenada a mantenerse a base del odio a otras razas que consideran inferiores y a una política permanente de violencia que se manifiesta en su sistema militar y policial desproporcionado junto con unos organismos económicos y políticos que se imponen a todos los derechos de otros pueblos o razas. No conviene considerar a Biden el regenerador de la fase caótica que ha finalizado con la salida de Trump de la presidencia, pues sus excrecencias no quedan olvidadas por el perfil meloso y populista de Biden, pero que tiene que buscar el equilibrio cruel entre los ciudadanos a favor y en contra de la pena de muerte si quiere mantenerse en el poder. Así es la cruel aristocracia que lidera la humanidad realmente.