Nuestros políticos, al retirarse, van a trabajar a las eléctricas, eso es algo que los nuevos partidos han criticado desde espectros ideológicos antagónicos. Es una vergüenza el mercado de la luz, parece que se trata de Ali Baba y los 40 ladrones; esto nos pasa por los políticos que tenemos. Es un discurso manido criticar a la clase política de todo, pero es que la burocracia, el exceso de leyes y una gestión ineficaz lastran el crecimiento de los países, si a eso le sumamos los favores que nuestros líderes deben a las eléctricas, explica lo que nos pasa. Un país que podría ser independiente con energías renovables tenemos el precio de la luz por las nubes, eso sí, luego el bonus del Consejo de Administración de las eléctricas irá a la par: subirá por las nubes. El estado, como decía Rousseau, se fundamenta en el Contrato Social, visto lo que tenemos, renuncio al estado, renuncio a que digan que me representan, y pido, sea el tipo que sea, que hay una dirección eficaz del país, y no sigan lastrando el futuro de toda una nación. Ahora el Gobierno se centra en hablar de algo que pasó hace 85 años y no de la factura que me llegará a fin de mes. Esa es la gente que se supone lleva el timón de este barco a la deriva que es España.