ice la RAE que la resiliencia es la "capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos". Nos ha tocado mucho de esto en el último año y medio. Mucho de enfrentar una crisis extraordinariamente difícil que ha dejado una estela de dolor y sufrimiento irreparable por la pérdida de miles de vidas. Al mismo tiempo, hemos constatado la capacidad del ser humano de afrontar enormes desafíos, como el que ha supuesto el desarrollo de las vacunas en un tiempo record o como el que está representando ahora su inoculación masiva en una campaña mundial sin precedentes.

La pandemia de la covid-19 nos ha enfrentado a nuestros peores temores, pero también nos ha situado ante un tiempo nuevo. Y ese tiempo nuevo abre un horizonte de oportunidades, de reformas y desafíos que no podemos ni debemos desaprovechar.

La respuesta del Gobierno de España ante la emergencia sanitaria y social del último año y medio ha pasado por colocar a las personas en el centro de la toma de decisiones. Primero, armando un escudo social que ha sido salvavidas de muchas familias y empresas durante este tiempo y que seguirá vigente, al menos, hasta el 31 octubre. Segundo, trabajando por una recuperación económica que no supondrá la vuelta a lo que ya conocíamos, sino que dará paso a las reformas necesarias para la modernización de nuestro país. Y esto implica trabajar en la agenda verde y digital, en la igualdad y en la cohesión social y territorial.

A pesar de la situación excepcional que nos está tocando vivir y gestionar, desde el Gobierno de España hemos seguido trabajando para cumplir con los compromisos que adquirimos con la ciudadanía al inicio de la legislatura. Y lo estamos haciendo también aquí, en Navarra, donde el compromiso del ejecutivo central se ha traducido en más dinero para la educación, para las políticas activas de empleo, para la innovación o para la transición ecológica.

Hace unos días presentaba la segunda edición del informe de rendición de cuentas Cumpliendo y aportaba algunas cifras muy relevantes correspondientes al primer semestre del año. Por ejemplo, los 80,8 millones de euros para cohesión social. Entre ellos, 25,6 para políticas activas de empleo, 37 millones para educación y 11 millones para políticas de cuidados. O los 143,7 millones para transición ecológica, protección del medioambiente y apoyo a la innovación. Un capítulo en el que figuran partidas tales como los 32,8 millones para actuaciones de eficiencia energética o los 52 millones para financiar líneas de desarrollo rural y agrarias.

Detrás de las cifras se encuentran personas. Podemos hablar de los 11.750 navarros y navarras que -de media mensual- se han beneficiado de la prórroga de los ERTE, una herramienta esencial para la protección de trabajadores y empresas. Podemos hablar también de los 3.613 autónomos que han recibido prestaciones extraordinarias. De los 12.202 perceptores del Ingreso Mínimo Vital. O de las 11.525 personas que se han beneficiado del complemento de maternidad y/o del complemento para reducir la brecha de género en las pensiones.

Incluso podemos hablar de cualquiera de las 400.000 personas que ya han recibido alguna de las más de 820.000 vacunas distribuidas en Navarra por el Ministerio de Sanidad desde el mes de diciembre. Esto es lo que en realidad importa. Porque hacemos política para la gente. Desde el Gobierno de España tomamos decisiones para mejorar la vida de las personas. Y -lo que es fundamental para construir una sociedad más justa y más igualitaria- actuamos para no dejar a nadie atrás. Para que la recuperación y el crecimiento sean verdaderamente inclusivos y reduzcan las diferencias y las grietas sociales. Tenemos razones para la prudencia, porque el virus sigue ahí fuera y continúa amenazando nuestra forma de vivir y de relacionarnos. Seamos cuidadosos y cumplamos las normas.

También hay motivos para la esperanza, como los recientes datos del paro y de afiliación a la Seguridad Social, la buena marcha de la vacunación o las previsiones del Fondo Monetario Internacional que sitúan a España como el país desarrollado que liderará el crecimiento económico en 2022. Estoy convencido de que ese escenario de recuperación y de progreso para nuestro país requiere de la unidad de todos y todas. Implica dejar a un lado la crispación y el insulto que nada aportan a la vida de las personas y seguir trabajando para avanzar, para recuperar nuestra economía, nuestro empleo y nuestra actividad industrial. Para no dejar a nadie atrás. Ahí nos encontrarán.

En un año y medio de legislatura este Gobierno ha ejecutado el 33 por ciento de los compromisos adquiridos con la ciudadanía y ha iniciado el 94 por ciento de todos ellos. Porque, a pesar lo excepcional del momento, hemos seguido avanzando en nuestra hora de ruta. Y lo seguiremos haciendo. Para cumplir con España. Para cumplir con los navarros y las navarras.

El autor es delegado del Gobierno en Navarra