(La de animales racionalesera obsoleta)Hasta ahora, y prácticamente desde Aristóteles, la definición de nuestra especie más recurrida ha sido la de animales racionales. Pero desde hace años se sabe que la capacidad de raciocinio no es exclusiva humana. Así, recientes investigaciones, en concreto una genética y otra procedente de las ciencias sociales, han coincidido en que la capacidad creativa es nuestra clave existencial. Además de confirmarse por diversas vías de estudio, ello supone la primera demostración científica -en base a hechos, pruebas y datos- sobre el trascendental y debatido qué y quiénes somos, cuál es nuestra esencia, característica y seña de identidad como especie.El estudio Evolution of genetic networks for human creativity fue publicado este año por un equipo internacional y multidisciplinar de científicos, liderados desde la Universidad de Granada por Coral del Val e Igor Zwir, y corrobora lo publicado anteriormente por el profesor de la Universidad de A Coruña, Xosé Gabriel Vázquez, en su libro Homo Sapiens. Animal de Realidades. Nuestra identidad evolutiva como especie e individuos.Según el doctor en Sociología y Psicólogo Social, somos los únicos seres conocidos que operan con una realidad interna y otra externa. Esta última es común a todas las especies y se refiere a la información procedente del entorno que perciben los sentidos. Pero en nuestro caso, además, contamos también con la capacidad de procesar dicha información de modo personal, con perspectiva y enfoque propios y culturales, cual pátina con que cada individuo sapiens percibe e interpreta la realidad.Según el profesor Vázquez, la asunción cultural de este conocimiento puede marcar un hito en nuestro devenir, lo mismo que el paso del mito al logos; ya que, si cuando la razón fue considerada nuestra característica principal ello influyó mucho en el desarrollo científico, si sucede lo mismo con nuestra nueva definición, esto es, si empezamos a conocer y potenciar esta capacidad de ideación, única, propia y característica, nuestro desarrollo va a ser más apropiado. Por ejemplo, este analista social señala las posibles mejoras en nuestra salud mental que este descubrimiento puede influenciar, pues ahora las voces internas para las que no teníamos explicaciones y nos causaban todo tipo de efectos, desde ansiedad a locura o incluso suicidio, ahora podremos asumirlas con total normalidad. Otra implicación que ve este profesor es en el terreno de la educación, en clara relación a la materia que imparte, ya que lo lógico sería potenciar esta capacidad de las personas tanto en el ámbito familiar como en las escuelas. En definitiva, y tal como manifiesta, “si hemos llegado hasta aquí sin prácticamente tener en cuenta nuestra característica identificativa como especie, simplemente saberlo ahora ya va a suponer un antes y después en nuestra historia”.
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