Curioso: un estudiante de Periodismo me ha pedido opinión sobre un trabajo que ha elegido presentar en la facultad sobre las diferentes clases de periodistas. Me sorprende porque en lugar de corregirle me ha servido para conocer el pensamiento de un aspirante a periodista. Sinceramente es decepcionante: faltas de ortografía y su sintaxis es la de un niño. En cambio es admirable su audacia e imaginación. También me sorprende esta juventud con una cultura general tan elemental y que creo que es producto de un sistema de enseñanza del profesorado con exceso de conocimientos, pero sin formación pedagógica. Hasta ahora no leía ningún periódico y sólo se enteraba de lo que sucede en el mundo a través de la bazofia de la televisión de la que se reconoce adicto pasivo. Pero desde que está con el ejercicio elegido compra a diario dos periódicos en papel y lee por internet tres o cuatro digitales, lo que ha despertado su interés. Afirma que la gran mayoría son "malos", se limita a ignorarlos y que "se solucionen sus problemas". A unos pocos les califica de "aceptables" y los divide en los que son capaces de cualquier villanía para lograr una primicia que arrastre a las masas. Según su opinión son gente de las cloacas que utilizan todos los medios lícitos e ilícitos y su información es un revuelto de verdades y fakes, pero que el lector no sabe distinguirlas y es de lo que se atiborran las masas. En realidad todos consumimos información, otra cosa es la calidad. La mayoría se nutre de los mismos canales controlados por grupos mafiosos y filtraciones interesadas de los gobiernos que les subvencionan. Finalmente están los "buenos", muy escasos, son los se lo "curran", que tienen que sortear las trabas de las grandes agencias y son bloqueados por los gobiernos. Además, pasan más tiempo en los juzgados por denuncias que detrás de la noticia. Parece que aspira al grupo de los "buenos".