Últimamente se está viendo mucho por la red acerca de las relaciones tóxicas. Se habla también de las personas tóxicas, e incluso se nos increpa acerca de si el/la que está interesado en el tema pudiera ser también una persona tóxica, por si se creía que leer y estar informado de ello le salvaba de formar parte del problema y ser etiquetado como tal.El asunto de identificar y diseccionar las partes, maquillando y ocultando cual cirugía estética, encuentra su quiebre en que las partes no hacen el todo y se confunde, minimiza y ensombrece una realidad más compleja, que puede terminar con un problema mayor de salud mental o física, incluyendo la propia vida. Muchas personas acuden a la consulta ahora diciendo que su relación es tóxica, y cuando concretan encontramos algunas dificultades en cuanto al proyecto vital, diferencias en ideologías o en la manera en cómo ha evolucionado cada uno. ¿Estaríamos hablando de toxicidad ahí? En mi opinión eso no es tóxico, depende de la forma en como abordamos esos cambios: Nos encontramos con parejas que pueden encontrar un camino para hacer juntos y otras que prefieren continuar sus vidas por separado. Hasta aquí no veo toxicidad alguna.Sin embargo, en algunos casos las diferencias o cambios evolutivos individuales o de la relación llevan a estrategias de manipulación, insultos, conductas de control, celos, agresiones físicas, imposición de normas, menosprecios..., causando daños psicológicos que pueden concretarse en signos y síntomas. Huellas del dolor causado que van a necesitar de apoyo informal y especializado.Y entonces sí hablamos de maltrato. Otro asunto es que el caso en cuestión se considere o no un delito, los diferentes recorridos por los que se puede optar y la adecuación de cada uno a las necesidades, expectativas, valores, etcétera. Identificar las señales de alarma, contar con un entorno con el que poder compartir, ya sea profesional o personal, y la formación y sensibilización de los equipos profesionales de primera línea como son los centros de atención primaria, urgencias, servicios sociales de base, consultas de psicología, etcétera, son sin duda fundamentales para la desactivación de esta violencia estructural.
* Psicóloga en Psylan Psicología. Colabora con PSIMAE para la oficina de Atención a Víctimas del Delito