El pasado día 27 leí con atención el artículo que escribía Alicia Ezker, a la que felicito por sus artículos en su sección Ikusi Makusi, lo que me impulsó a echar mano de la libreta y el boli, tomando notas para mi colección. En la última página, habitual en el citado diario, Jorge Nagore confesaba que él también los utiliza. No soy único, lo cual me alegra.

Apunté ciertas conclusiones. Veracidad no es otra cosa que la realidad de los hechos. De ahí que sea peligrosa porque conlleva información. La verdad se sostiene sola, tarde o temprano, acaba derribando los puntales de la mentira. Y más hoy día, con los medios de que se disponen.

A la hora de hablar o escribir, mejor no decir nada sin antes considerar las consecuencias que puedan derivarse. Algunos no lo tienen en cuenta, tanto políticos como algún que otro ciudadano. No olvidar cierto detalle, cuanto más destacada sea la persona por su cargo, más graves serán los errores por la trascendencia que tengan. Está clarísimo.

Entiendo que las reglas son producto de la razón. Se analiza la situación examinando las opciones y después se actúa. El arte consiste en hallar en todo momento la idea o la palabra adecuada.