La persona amada
La persona amada no es aquella que te penetra con la mirada ni la que te miente con palabras. La persona amada es aquella que aparentemente pasa un largo tiempo desapercibida y no lo ves, no te llama la atención a simple vista y después de una sonora tormenta como un relámpago recuerdas su mirada, su sentido del humor, su sencillez y su mirada inmensa de cariño. La persona amada es aquella que no se busca, aquella que aparece y en la cual sabes que serías feliz con ella si hubieses sido más inteligente y no te hubieses distraído con una belleza en apariencia en creencia de superioridad. La persona amada es aquella que el destino puso en tu camino para que veas la diferencia a una simple atracción. La persona amada es aquella que con su humildad borra todo camino frustrado y te llena de esperanza de volver a encontrar a una persona así. La persona amada no entiende de apariencia ni bienes materiales, solamente entiende de entrega con el corazón y ese brillo de sus ojos en un recuerdo que guía tu camino hacia la luz y las rosas de los jardines.