Les ha fallado el ardid para salir del apuro afirmando que el disparo fue en legítima defensa típico publicado por la gendarmería, pues allí estaba el inoportuno fotógrafo aficionado que tomó completa la secuencia de la valerosa actuación del torpe gendarme en la que Nahel de 17 años “falleció” por saltarse un control y conducir sin carnet.

El arrepentimiento del “servidor del orden” mostraba a un ser aterrado que era un poema, sobre todo sin el arma y encarcelado, pues así se defienden “valientes” que tiemblan de miedo. Ahora el patrón Macron ha tenido que admitir que se “abatió” al joven, pues la policía nunca mata, los asesinos son los moros de las banlieus.

Macron explica hasta las náuseas que la reacción popular ha sido desmedida e injustificada y ha dado una lección moralista contra la violencia afirmando que no es el modo de solucionar los conflictos. Sí lo es matar a un joven revoltoso, pues el orden es prioritario. Ha tenido que rehacer toda la secuencia diseñada por Darmanin, ministro del Interior con disculpas de mal pagador, pues la versión inicial no era real, solo policial, que le ha costado al flic ingresar en La Santé, acosado por la furia de la ciudadanía en protesta frente a los 40.000 barbouze para animar el festival de fuegos artificiales, sólo que con armamentos y policías atolondrados, inicialmente en sus guetos, pero que han incendiado todo el pentágono.

El cínico Macron, que en su versión política no debe conocer La Revolución en 1789. Tampoco que los nazis fueron derrotados por la Résistence a pesar de la implacable maquinaria de guerra alemana. No recuerda que los gilets jaunes hicieron temblar al Gobierno por no poder detener a las masas. De nuevo los disturbios en la revolucionaria Nanterre porque es zona que da carta blanca a los policías descontrolados y sin rumbo bajo la presión de Darmanin, cuya única misión es sacarles la cara, porque la estrategia de orden público la marca el núcleo duro militar-policial que la ha convertido en una tropa racista, agresiva, de extrema derecha y defensora de la grandeur de la France al son de La Marsellesa.