La industria de guerra en España

En un programa en TVE sobre la industria del armamento que resulta ofensivo para quienes tienen conciencia de la importancia de la paz y rechazan la violencia como método de solución de conflictos, varias personalidades relacionadas con su fabricación y diseño explicaban con argumentos propios de “los señores de la guerra” las excelencias que aportan al país tener unas fuerzas armadas a las que este año se les asigna un presupuesto de 14.810 millones de €, o sea, el 1,01% del PIB. Pero el real en 2023 ascenderá a 26.341 millones. A lo que se añadirían 4.515 millones para la Guardia Civil, otros 4096 millones en clases pasivas.

Aparte, el Ministerio de Industria aporta a la innovación tecnológica, a Defensa, 1.601 millones. Hay que añadir picos de diversos orígenes disimulados en otros epígrafes con todo lujo literario de denominaciones para que sean digeridos por la ciudadanía. Según informes de diversos organismos, tanto nacionales como extranjeros, el total se elevaría a 48.833, 33 millones de €. Y la cuenta no termina ahí, pues el gasto de las diversas policías elevarían a casi 56.000 millones lo que nos cuestan militares y orden público.

Sánchez ya ha asumido disciplinadamente la exigencia de la OTAN de elevar al 2% del PIB como mínimo el presupuesto de guerra de España, pues alardea de la generosidad de los españoles y lo aceptarán con entusiasmo. Entrar en este laberinto de cifras y conceptos intencionadamente difusos, confusos y profusos es asumir la hipótesis de partida según la cual los civiles forman la plebe ignorante que necesita ser vigilada por mastines para que no les engañen las fuerzas del mal. Así es el espíritu de sacrificio del militar que entrega su vida para proteger a la ciudadanía que no sabe defenderse y son desagradecidos, pues en caso de conflicto son los militares en exclusiva los que van al frente a morir por la patria gracias al valor que abunda en los cuarteles y misiones de defensa en ayuda de otros pueblos que no pueden contar con FAS como tenemos en España. “Si vis pacen para belum?”.