Nuestra sociedad está basada en una sociedad enferma en la cual el interés por el dinero mueve montañas. El dinero, ese bien infinito, el consuelo de la respiración no es más que un instrumento para su utilización, su utilidad. En cuanto a las relaciones humanas son simbióticas y parasitarias siendo así un virus en la actualidad, la ambición, la ignorancia y el deseo de lo ajeno, de lo que no nos pertenece. El interés instrumental es un uso malgastado en un interés efímero y a la vez decadente. Las relaciones psicopaticas, sociopáticas y complementarias no son más que prácticas de la psiquiatría que nos muestra una cara de lo oculto, esas relaciones existentes entre personas malvadas. Si nos percatamos de la existencia de la maldad humana podemos apreciar la reptilizacion cerebral de lo perverso, lo prohibido permisible, la ambigüedad. Entonces cabría definir si la sociedad está capacitada para la relación humana.