¿Habéis notado alguna vez cómo a veces sentimos que hay muchísimas cosas en esta vida que se nos escapan de las manos? Enfermedades, desastres naturales, guerras... Esas cosas son recordatorios impactantes de la fragilidad y vulnerabilidad humana frente a eventos que van más allá de nuestra influencia directa. ¡Pero, atención! No todo está perdido. Lo realmente importante es recordar aquellas cosas que sí podemos controlar.

El perdón, las segundas oportunidades, los nuevos comienzos… Esto es lo que debería manejar nuestra vida diaria. Así que, en la batalla contra este mundo frenético y loco, contamos con estas armas poderosas. Y sí, sé que a veces es más fácil decirlo que hacerlo, ¡pero vale la pena intentarlo! ¿no creéis?

En un mundo cada vez más impregnado por las nuevas tecnologías, las cuales se manifiestan en prácticamente todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, y plantean la amenaza de un futuro en el que algunos creen que podrían dirigir incluso nuestras vidas, es esencial recordar que lo único que hace que este mundo deje de ser un lugar solitario para convertirse en un lugar precioso, es el amor.

No importa si es el amor de pareja, de familia, de un hijo o hasta de tu mascota. Sin duda, esta es la chispa detonante que convierte este planeta llamado tierra, a veces solitario, oscuro y gris, en un lugar precioso y con color. Porque el amor nos da esperanza, y la esperanza es como ese amigo que siempre está ahí cuando lo necesitas. Tengamos esperanza en el año nuevo.

Y esto ha sido la Nochevieja para mí. Una gran fiesta donde celebramos el hecho de que, a pesar de todo, hay cosas que podemos controlar y que, gracias al amor, el próximo año todos tenemos un montón de oportunidades esperándonos.

Que el próximo año nos traiga más amor, menos dramas y un montón de risas.