San Saturnino es el patrón de Pamplona, no San Fermín como mucha gente cree. No me acordaba y me sorprendió desde el punto de la mañana con los auroros cantando de madrugada y rezando por la calle un padre nuestro y un avemaría por la benditas almas del purgatorio y por la paz del mundo. Me han transportado a unos mundos de leyenda que ya no me acordaba. Eso al punto de la mañana. Más tarde la procesión, con zaldikos, niños, madres y padres, kilikis, música, gigantes y cabezudos, toda la decoración medieval de atabales, gaiteros y txistularis; hasta el alcalde y los concejales iban vestidos de pingüinos; y yo entre todos me he sentido feliz como si me hubieran transportado por los aires, flotando como un crío que saca la lengua a los kilikis.