Al hilo de la carta de los lectores publicada en DIARIO DE NOTICIAS el 19-1-25 titulada “¿Una anciana tiene menos valor que un paquete de Amazon?”, me consta que el Departamento de Salud se puso en contacto al día siguiente de su publicación con el firmante y le dijeron que “no volvería a pasar”. Pues no ha sido así.
El pasado martes, día 21, volvió a pasar con otra octogenaria y qué coincidencia, también del Pirineo. En este caso de la localidad salacenca de Ibilcieta.
El traslado programado para una consulta ya empezó mal. La ambulancia apareció con 40 minutos de retraso y llegamos a Ubarmin 45 minutos tarde. Un 10 para médico y enfermera por su comprensión y amabilidad, ya que se nos había pasado la vez.
A las 12.30 horas termina la consulta y se llama a la empresa de ambulancias que nos corresponde por zona (SSG, Servicios Sociosanitarios Generales) y después de una espera de 4 horas en silla de ruedas, ya que la paciente está impedida, llega la ambulancia a las 16.30 horas. Me quedo de piedra cuando me comenta el conductor que hay que recoger a una anciana del complejo hospitalario que lleva esperando desde las 11.00 horas, es decir, 6 horas de nada, y dejarla de camino en la residencia de la tercera edad de Lumbier.
¿Somos los habitantes de estos valles pirenaicos ciudadanos de tercera? ¿No sufrieron bastante estas personas mayores nacidas en plena guerra civil?
Desde luego, no se merecen el trato que se les está dando.