Sportium el mejor antidepresivo, Mahaia Tenisarum ansiolítico de primera.
Después de muchos estudios experimentales y muy científicos basados en encuentros de almas de todas las cuadras en Larrabide, los jueves, en torno a varias mesas verdes, azules, con una red en medio, decenas de pelotas blancas y ligeras por el aire y el suelo, brazos que danzan cada uno a su manera con una madera en la mano y sonrisas en todos los presentes... me voy dando cuenta de la importancia de las pequeñas cosas. Quién no ha pasado un buen rato en la infancia y juventud jugando al ping pong, perdón lo llaman tenis de mesa, en las piscinas, en la casa del pueblo, y retomarlo nos reconecta con aquel/aquella que fuimos, y una sonrisa aparece en tu cara.
Gracias al esfuerzo y el tesón de Juan Almenara, Jesús Alonso y el constante Jesús Larrión con sus torneos, muchos de los presentes podrán prescindir durante 2 horas de los distintos fármacos prescritos para controlar el ánimo, incluso desconectarse de las dinámicas tóxicas, el GH, un rato de redes, el soma que se nos administra o la sensación de plenitud del consumismo, de eslóganes que nos rodean ya hoy en día, la guerra es la paz, la libertad es esclavitud, la ignorancia es la fuerza, escritos por Orwell allá por 1984.
Pero siendo más pragmático, pienso en el ahorro en psicofármacos y terapias para Osasunbidea. Bien podrían trasvasar ese pellizco a las federaciones de los deportes menos afamados, minoritarios, que tan bien hacen a la sociedad (esgrima, artes marciales, badminton y tantos otros...) y encontrar un espacio adecuado para que se desarrollen. Escamado me quedé el otro día descubriendo el edificio exclusivo para tenis de mesa que tienen en Irún. Nosotros tenemos que sacar y guardar las mesas en cada ocasión, lo que las deteriora sobremanera, y a pesar de todo pienso que tenemos suerte de poder hacerlo.
Animo a los que piensan, se reúnen, organizan y reparten el presupuesto a apoyar a estas federaciones. Gracias a todos los que las sostenéis.