Fútbol es fútbol y hoy todo lo que untes en el café será fútbol. Y yo, por poner una gota de otro color, voy a nombrar unas sesiones que se desarrollan en la Biblioteca General de Navarra, Literatura a la intemperie se llama. Y trae a personas, artistas, diría yo, para hablarnos del mundo... y sus demonios que dirían Ann Druyan y Carl Sagan. Y es que la vida humana es más que una actividad. Y los lunes parece que no.
Y me alzo en rebelión contra esta tendencia de que los lunes el deporte, ese que hace tener un cuerpo sano, opaque de forma tan bárbara todo lo demás. Ver estrellas, por ejemplo, para sanar la mente de verdad. Porque si no veo a mis semejantes, ¿de qué nos sirve darle patadas a una pelota si no vemos que el verdadero sonido del deporte es que tiende puentes entre todos los hermanos del mundo? Y esto es una verdad que queda oculta, como siempre, con lo superficial. ¡Ganamos y que se jodan los demás! Y así, ¿qué frágil barco llega a puerto con esos miles de personas que quieren llegar? Pues eso. Fútbol y también literatura. Para crecer creyendo de verdad que otro mundo es posible.