Hay gente que efectivamente tiene poca memoria histórica cuando se trata de Eurovisión y sus supuestos principios éticos. Si aplicamos la lógica de que un país agresor no debería participar o albergar el festival por violaciones a los derechos humanos, entonces el pasado está lleno de inconsistencias flagrantes que RTVE y otros ignoraron convenientemente. Veamos algunos ejemplos clave, donde España participó sin problemas, a pesar de que, según el estándar actual, de “los derechos humanos no son un concurso”, deberían haber boicoteado o exigido exclusiones.

Empecemos por Azerbaiyán: en 2011, ganaron el festival y organizaron la edición de 2012 en Bakú, justo en medio de acusaciones de abusos sistemáticos. Durante la preparación, desalojaron forzosamente a miles de familias para construir el Crystal Hall, con detenciones de opositores políticos y represión a la libertad de expresión, según informes de Human Rights Watch. Además, el conflicto con Armenia en Nagorno-Karabaj estaba latente, con tensiones étnicas y crímenes de guerra documentados. Armenia se retiró en protesta, pero Azerbaiyán siguió adelante como anfitrión. España envió a Pastora Soler sin pestañear. ¿Por qué no boicotearon entonces por “agresión territorial”?

Luego, Turquía: su represión contra la minoría kurda en los años 90 fue brutal, con torturas, ejecuciones extrajudiciales y la captura de Abdullah Öcalan en 1999, denunciada por Amnistía Internacional. A pesar de esto, Turquía participó en Eurovisión 1999 en Jerusalén sin objeciones, y en 2003 ganaron, organizando el festival en 2004 en Estambul. El conflicto con el PKK seguía activo, con abusos humanitarios ongoing. ¿Consecuencias en Eurovisión? Ninguna. España compitió en ambos años (con Lydia en 1999 y Beth en 2004), ignorando las protestas internacionales. Si los derechos humanos importaran, ¿no deberían haber exigido la exclusión turca?

Y la más sangrante: Rusia. En 2008, violaron el orden internacional y la tregua olímpica invadiendo Georgia, con ocupación de territorios como Osetia del Sur y Abjasia, bombardeos a civiles y desplazamientos forzados, condenados por la ONU. No solo habían participado en Eurovisión ese mismo año (mayo 2008), sino que ganaron y organizaron la edición de 2009 en Moscú. Georgia, el agredido, se retiró tras la descalificación de su canción crítica a Putin. Las dos guerras en Chechenia (con atrocidades masivas) tampoco importaron para nadie en la UER. España envió a Soraya en 2009, sin boicot. Más hipocresía: entre 2014 y 2021 (salvo 2017 por veto ucraniano y 2020 por pandemia), Rusia participó pese a la anexión ilegal de Crimea en 2014, la guerra en Donbás y represión a tártaros crimeos. Fueron abucheados en 2014 y 2015, pero no excluidos hasta 2022 por la invasión total de Ucrania. Para los que dicen “inmediatamente se sacó a Rusia”, ¿en serio? Pasaron ocho años de agresiones antes de actuar.

RTVE ahora proclama: “Eurovisión es un concurso, pero los derechos humanos no son un concurso”. Si eso hubiera sido cierto en el pasado, España no debería haber ido en muchos de esos años, y la UER debería haber impedido la participación de países con historiales dudosos, incluyendo quizás la propia España franquista hasta la Constitución de 1978. ¿Ese es el nivel de coherencia? Pura selectividad política. #Hipócritas.