el sábado, Navarra celebrará oficialmente la festividad de su patrón, San Francisco Javier. El 3 de diciembre, día en que murió el santo, es también la fecha en que se conmemora el día Internacional del Euskara, desde que la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskun-tza instaurara esta celebración en 1949.

Esta entidad científico-cultural eligió este día porque el euskera era la lengua materna de Francisco de Javier, nacido en 1506. Su padre, Juan de Jaso, presidente del Real Consejo, era originario de Jatsu (Baja Navarra) y su madre, la noble María de Azpilikueta, baztanesa. Ambos euskaldunes. Francisco aprendió desde la cuna esta lengua y no la olvidó pese a las vicisitudes sufridas en su vida, tal y como relata el historiador G. Schurhammer en la monumental biografía que escribió sobre el santo.

Schurhammer nos habla de una carta escrita por el misionero en Conchín en 1544, en la que relata a sus compañeros europeos las dificultades de comunicación experimentadas con los Pravas en la Indonesia por la diferencia idiomática: "Lingua quippe eorum erat malauar, mea vero celtiberica, vulgo vasquenza".

Por otra parte, en su lecho de muerte, en Sancián en 1552, dijo unas palabras, que no comprendió su acompañante, conocedor del latín, español y portugués: "Outras palabras que ihen nao entendia por nao serem en nossa lingua", de donde Schurhammer dedujo que al agonizar habló en vascuence.

El euskera era la lengua materna y familiar del santo, así como la de muchas navarras y navarros de aquella época, y la de muchos más hoy en día. Estaría bien que esto también se recordara en los actos oficiales organizados por el ejecutivo navarro.

Por otro lado, que nadie piense que los vascos invasores nos están robando el santo o algo así, porque fue la Diputación Foral de Navarra, junto con las de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, una de las impulsoras de la SEV-EI, fundada en 1918 para el desarrollo de la cultura vasca y del euskera. Eran otros tiempos.