Hylas y las ninfas es el cuadro de Waterhouse retirado de la pared de la Galería de Arte de Manchester en una performance que pretende extender la percepción de la representación cosificada y pasiva de las mujeres, ampliar los criterios de análisis público del arte. No parece una acción revisionista o iconoclasta. Más bien trata de extraer toda la información que sobre un momento histórico aporta una elaboración cultural. La polémica está siendo hermosa.

No lo fue tanto cuando a la luz del test de Bechdel se comenzó a evaluar el sexismo en la producción cinematográfica. Para superar el test, en la película tiene que haber al menos dos mujeres, tienen que hablar entre ellas y su conversación no debe tratar de un hombre. Sencillo, ¿verdad? Si consultan la lista, se sorprenderán de cuántas pelis no lo hacen.

La tele pública tampoco es perfecta. RTVE acaba de adherirse al Pacto de Estado en Materia de Violencia de Género, un pacto limitado en cuanto que no va a la base. En la base de la violencia hay desigualdad en el acceso a los recursos, roles diferenciados y la utopía del amor romántico. Y RTVE, en la producción propia y de gran difusión, borda estas materias. De vez en cuando, se las recomiendo, veo dos perlas. Una, Corazón y otra, mejor si cabe, Acacias 38. La idea que remachan es que para estar bien hay que tener pareja, estar guapísima, hombre, trabajar trabajar, poco y según en qué sectores? porque, claro, son programas de los llamados para mujeres. No se puede hacer peor aunque ambas tienen la ventaja de que dan risa. Pero deben tener mucho éxito, porque ahí siguen.

No son los únicos ejemplos, podríamos hablar de contenidos y reparto de contenidos, horarios, edades, estéticas, presencia equilibrada. ¿Censura? ¿Puritanismo? No, análisis.