Osasuna quiere ampliar un estadio que no es suyo con un dinero que no tiene para un público que no existe. ¿Qué podría salir mal? Por imperativo legal, está obligado a hacer una reforma que le saldría por unos 9 millones y que según dicen dejaría el aforo en 16.800 personas, por las 18.375 de ahora. Como esa alternativa les parece una pérdida de oportunidad, ha presentado 5 proyectos, que incluyen esa reforma obligatoria y una ampliación, lo que es una remodelación del Sadar en toda regla. Las 5 propuestas cuestan de media unos 16 millones -20 con IVA- y dejan el aforo en una media de 24.200 espectadores, un aumento del 31% con respecto al aforo actual. Preguntas: ¿la reforma obligatoria no hay manera de hacerla manteniendo aforo, aunque sea gastando algo más?, ¿si otras remodelaciones de estadios de calado están costando de 40 a 60 millones, cómo es que esta cuesta 20, somos los más listos del planeta?, ¿hay que ampliar el aforo tanto, seguro? A pesar de que la población navarra ha crecido un 18% en los últimos 20 años, las asistencias a los estadios, incluido El Sadar, bajan. No hay los llenos de los 80 y rara vez se llena un campo que en 1985 acogió a 25.000 almas para ver al Glasgow o en 1997 a 30.000 para el Osasuna-Levante, antes de que se obligara a poner asientos en todo el estadio y el aforo bajara por debajo de 19.000. Desde entonces, rarísima ha sido la vez en que se llenado el campo, a pesar de estar 14 años en 1ª de 2000 a 2014. En la 2016-17, en 1ª, se pasó dos días de 17.000 y otros 2 de 16.000, para una media de 14.783. El año pasado, se superó una vez los 16.000, para una media de 13.790. ¿Es necesario irse a 24.000? Las proyecciones de población -un 8% más en 2033, hipótesis de estabilización hasta 2060- y la dinámica de la sociedad no indican que vaya a hacer jamás falta algo así, quizá un día suelto entre 500. ¿Por qué seguir solo por ahí?