Pues a mí estas cosas por mucho que me acerque al medio siglo y que digan que a partir de ciertas edades nos volvemos como más apáticos me siguen emocionando y sacan al garrulo que llevo dentro. Porque me descubrí mirando obnubilado la web de El Mundo leyendo Casado, que irá de número 1, pone de número 2 al Congreso en Madrid a Suárez Illana, de 3 a Uriarte, de 4 a Lacalle, de 5 a Beltrán y de 6 a Levy. Una de las nuestras, que se va a la capital y con los de la capital. Joder, es que me siento orgulloso. Como cuando el Real Madrid quiso fichar a Martín en el 82 o como cuando a Inda, un pamplonés de pro, le pusieron a dirigir el Marca. Beltrán a Madrid, la 5ª en la lista, con esa gente que es la élite misma del pensamiento, la intelectualidad y la altura moral. Con Casado, el de Varsovia y el Koxka, que es, no sé, una mezcla entre Adenauer, Willy Brandt, Carter, Pepe Mújica y Gorbachov. Allá, a Madrid, donde quizás no lleguen los ecos de la Hacienda Navarra, donde quedarán muy lejos esos días en los que el PP de Navarra tenía 4 parlamentarios y que ella dejó en 2015 en 2 y con un 3,93% de voto, la cifra más baja jamás lograda por el PP en comunidad autónoma alguna en la historia de la democracia, una cifra que le iba a resultar inalcanzable en las forales de mayo, haciendo desaparecer a su partido -es la presidenta del PPN- del Parlamento por vez primera, por lo cual se lanzó a degüello a buscar la integración con un UPN al que todo le cae bien, lo mismo Beltrán que Pérez-Nievas que Burguete que Vox: todo pa dentro. Este es el mensaje amiguitos: si te conviertes en una de las peores, si no la peor, parlamentaria de la historia de la democracia y llevas a tu partido a la casi desaparición todavía habrá un tipo de Palencia que te lleve a Madrid. Como decía mi abuela cuando tras 15 días de jaleo se iban mis sobrinos -sus biznietos-: tanta alegría os lleváis como paz dejáis.