Tenía pensado si alguna vez lograba reunir unos ahorrillos viajar a Nueva York con la rival y Luka, pero ha perdido mucho atractivo turístico que no ejecuten a los niños una vez que han nacido, así que no creo que vayamos, tendremos que preguntar dónde ofrecen estos espectáculos prehistóricos a Pablo Casado o a Adolfo Suárez, que si Suárez es el 2º en la lista y Casado el 1º será porque Casado sabe más, digo yo. Casado comparó Varsovia con Pamplona, fue con Inda al Koska, metió Getxo en Gipuzkoa, habla con niños en el programa de Ana Rosa y los niños le marean y es capaz de explicarles a las mujeres embarazadas la importancia o alcance real de lo que llevan en su interior, así que tiene que saber estas cosas. Suárez Illana no lo supo bien y creyó que sí, que en Nueva York habían aprobado una ley que permitía matar bebes tras el parto y luego tuvo que llamar a no sé dónde -él dijo que a abogados de Nueva York- para que le explicaran que eso no es así. Y se disculpó. Pero sigue de número 2 y salvo asteroide lo tendremos en el Congreso de los Diputados a partir de mayo. ¿Es obligatorio para los españoles tener que pagar el sueldo de diputados a personas que a la vista de sus palabras justo pasarían un psicotécnico para usar un exprimidor eléctrico o que igual necesitaron de ayuda externa hasta los 30 años para no pillarse la chorra con la cremallera cada que vez que se ponían los pantalones? Pienso que no debería ser obligatorio, que deberían efectuarse exámenes de toda clase -toxicológicos también-, porque a fin de cuentas esta es la gente que acaba decidiendo las cosas básicas de nuestra vida, y que lo mínimo sería comprobar que tienen las facultades mentales cuando menos en orden. Como escribió el otro día un amigo en su Facebook: ¿Cuándo y cómo consentimos que nuestra clase política haya devenido en chulos de patio de colegio, idiotas integrales y descerebrados?