Leo Sunbilla busca al acertante del Euromillón. El periodismo está lleno de frases así, erróneas, en las que se ofrece a los lugares capacidades humanas que lógicamente no tienen: Pamplona vibra; Navarra llora; Sunbilla busca. Es lo habitual, no pasa nada, pero en el caso que nos ocupa da mala imagen de Sunbilla. ¿Por qué cojones tendría que ser toda Sunbilla una localidad empeñada en localizar a alguien que acaba de ganar un millón de euros en un sorteo, una localidad enteramente cotilla? No tiene por qué, no hay motivo ninguno para ofrecer esa idea. Cosa diferente es sentir curiosidad, en un pueblo pequeño, por saber si ha sido la vecina la que es millonaria de golpe o algún visitante de los muchos que pasan por allá y por tantas partes, pero de ahí a buscar hay mucho. Es habitual, también, esto, cuando de dinero se trata, cuando de grandes premios en metálico estamos hablando, esta obsesión que tenemos los medios de comunicación por querer saber quién será y por trasladar la idea de que casi todo el mundo anda de los pelos preguntándoselo. No salgas en tu vida del agujero, compañero o compañera, no le des ese gusto a nadie o solo a quien tú quieras, anda que iba yo a explicarle a nadie mis finanzas porque de repente fueran buenas. ¿Se preocupaba alguien de veras por ti cuando no tenías ni 200 euros en la cuenta para pasar el mes? Pues no hay más que hablar, no caigas en la trampa esta idiota que hemos generado, seguro que eres muy capaz de gestionar la fortuna con sentido común y alegría, bastante cabrona es la vida cuando quiere. ¿Ustedes contarían que les han caído unos cientos de miles de euros o unos millones? Piénsenlo. Yo creo que la mayoría no lo harían. ¿Por qué entonces tenemos que andar vendiendo esta sensación de presión social y mediática cuando ocurre? Disfrute mucho, ojalá le dé para disponer de más tiempo para usted, siga escondido, enhorabuena.