ejos de mi intención pretender hacer creer a nadie que sé algo de virus. Sé como ustedes: a nivel de usuario. Lejos también mandar mensajes de terror colectivo: el futuro nos dirá qué de terrorífico y cuánto será esto, aunque con ver la calle captamos la idea. Pero lejos también de obviar la que creo que es mi obligación como periodista: esto es muy muy serio, lo dijo ayer de una manera tajante la consejera de Sanidad, que es médica, como la inmensa mayoría de su equipo. Imagino que sin querer asustar a nivel de pánico, pero sí muy seria. Vienen días duros, de cifras duras, días de subidas de casos, de hospitalizados, de personas en la UCI. Eso dijo. El bicho este no es el ébola pero es bastante cabrón. No sabemos el número real de personas infectadas, porque no se han hecho tests representativos a todas las edades. En Corea, donde se han hecho cientos de miles, los mayores niveles de contagio estaban en la franja entre 20 y 29 años, luego de 30 a 39 y así bajando. Muchos de nosotros podemos estarlo sin saberlo, sin síntomas o con los clásicos síntomas típicos de catarros, alergias, resfriados, gripes€ Cuando se hagan más tests, habrá más positivos, será un engorro para quien le toque -y lo supere-, pero nos dará una imagen más real y segura de dónde estamos. Y nos ayudará a cuidarnos aún más. Miren estos datos, porque los datos en todo esto son casi lo más clarificador: en toda la temporada de gripe de 1 de octubre de 2019 a 8 de marzo de 2020 se había hospitalizado en Navarra a 440 personas. Esto llevaba ayer casi 200, casi 70 más que el jueves. En 18 días frente a casi 170. 31 personas habían pasado por la UCI con la gripe. Esto lleva 21. Datos de ayer. Estar en casa es vital para que en 10 o 15 días dejemos de proyectar la imagen de este bicho en un juego de espejos cada vez mayor. Tengamos paciencia. Es un mínimo paréntesis dentro de toda una vida.