stos últimos días se ha confirmado un asunto que me tiene alucinado. Hasta hace unos días, los alumnos de hasta 12 años no tenían que llevar mascarilla, ni en Infantil -de 3 a 5 años- ni en Primaria- de 6 a 11- y sí en cursos superiores -Secundaria, de 12 años en adelante-. Si un niño o niña de Infantil o Primaria daba positivo se mandaba a todos a casa, algo que no pasaba en Secundaria porque llevan mascarilla. La semana pasada se cambió el protocolo y los alumnos de Primaria -6 a 11 años- sí van a llevar mascarilla, como los de Secundaria. Y aquí está el salto mortal con tirabuzón doble: al contrario que en Secundaria, que evitan el confinamiento porque llevan mascarilla y Salud solo confinará a los contactos del alumno o alumna positivo que se consideren estrechos, en Primaria se sigue con la dinámica anterior. Esto es, todos confinados. Resumiendo: se comen los dos inconvenientes, tanto el de llevar mascarilla 5 horas seguidas como el irse a casa 10 días si un compañero o compañera da positivo. Los de 3 a 5 años no tienen el inconveniente de la mascarilla y sí el de irse a casa, los de 12 en adelante sí el de la mascarilla y salvo excepciones no el de irse a casa y los de 6 a 11 les ha tocado el premio gordo. El argumento es que no guardan la distancia como los de Secundaria. Esto se puede traducir en que los padres y madres de Primaria andemos confinando y desconfinando a nuestros hijos varias veces en cortos periodos de tiempo, lo que, más allá del engorro laboral y personal que pueda suponernos como padres, es un auténtico desaguisado mental y emocional para críos y crías que necesitan juntarse, verse y aprender en grupo, infinitamente más allá de materias y currículums. Sinceramente, muchos padres y madres si los confinamientos y desconfinamientos son varios seguidos no me extrañaría que se planteen que vaya Rita. Son niños, no bolas de petaco.